Desde 1980 hemos ido viendo como las diferentes etapas o generaciones de tecnología móvil ha ido evolucionando hasta alcanzar la conexión inalámbrica 5G.
El nuevo estandar de comunicación inalámbrica 5G va a permitir navegar por Internet con una velocidad hasta ahora nunca vista. Las expectativas son entre 10 y 20 veces de mayor rapidez, sin depender de que otros dispositivos estén o no conectados al mismo tiempo.
Las 5 Generaciones de las conexiones inalambricas
Según Gartner, más de 20,8 mil millones de dispositivos estarán conectados a internet para 2020. Lo que exige una organización adecuada de redes que soporten un ecosistema masivo de IoT que incluyan velocidad, latencia, fiabilidad y costo.
Máquinas, edificios inteligentes, vehículos automatizados, robots, recopilación de datos precisa de conexiones rápidas y ancho de banda confiable que beneficiaría a todo tipo de industrias.
Es aquí donde la quinta generación, 5G, puede hacerse relevante, con la promesa de una arquitectura altamente flexible diseñada para adaptarse a casi cualquier caso de uso en el espacio de IoT donde, en un futuro cada vez más cercano, miles de millones de dispositivos estarán conectados de manera permanente.
Al disponer de técnicas avanzadas se podrá cubrir las necesidades de la tan esperada conectividad de alta velocidad, mínima latencia y cobertura que el Internet de las Cosas o IoT, exige para un control a tiempo real incluso en momentos de mayor criticidad.
Pero debemos tener en cuenta que el fallo de conexiones en la industria conlleva mayores riesgos que en aplicaciones para el consumo general.
Máquinas que ejecutan funciones críticas en el proceso productivo como sistemas de seguridad que su interrupción traería graves consecuencias de protección, brazos de robots en automoción que con cada periodo de latencia encarece el producto reduciendo beneficios o retardo de conexiones en robótica sanitaria que pondría en peligro la salud de paciente.
Por todo ello se vislumbra que la tecnología 5G e Internet of Things deberán coexistir e interoperar entre sí.
Sin embargo, habrá diferencias en las tecnologías de comunicación adoptadas y los requisitos reales de los dispositivos finales.
Mientras que los dispositivos 5G harán un uso intensivo de la red, en términos de rendimiento y volumen de datos intercambiados, los nodos finales IoT requerirán un ancho de banda bajo pero una alta confiabilidad y un consumo de energía controlado para sus tareas de comunicación.
Los proyectos de prueba ya están en marcha, pero para que exista tal realidad, será necesario realizar transformaciones innovadoras para evolucionar las tecnologías actuales de acceso de radio y las tecnologías inalámbricas existentes, incluyendo LTE, HSPA, GSM y WiFi.
La tecnología WiFi, tal y como la conocemos hoy, no cumple los requerimientos necesarios para dar el salto al 5G, es por ello que la próxima generación del estándar inalámbrico WiFi 6 promete un ancho de banda mucho mayor que su predecesor.
El futuro que se nos presenta es prometedor. Nos quedamos a la espera para ver cómo evoluciona.