Guardar la información en discos duros y pen drives pertenece ya al pasado. Lo que se lleva es el outsourcing, almacenamiento remoto y sus numerosas ventajas para cualquier tipo de negocio
En el mundo globalizado en el que vivimos nos encontramos habitualmente con nuevas palabras que se hacen populares y que proceden de otros idiomas, tanto en el ámbito profesional como en la vida cotidiana. En este caso, centrándonos en el sector tecnológico empresarial, el término clave va a ser un anglicismo que define una actividad cada vez más practicada. ¿A qué nos referimos? Al outsourcing, concretamente al de servicios de alojamiento o hosting.
El outsourcing –o externalización, en castellano- consiste en la subcontratación de otra empresa para que lleve a cabo ciertas tareas que la compañía no es capaz de realizar por sí sola; o que, quizá, no es capaz de desempeñar de la manera más eficiente. Es decir, consiste en un servicio externalizado que, aplicado al sector IT, tiene como fin cubrir las necesidades informáticas necesarias para el buen funcionamiento de la empresa, entre las cuales figuran los citados servicios de alojamiento.
Tratar de mantener una infraestructura propia de hosting puede ser una dura labor. Por ejemplo, se deben tener empleados trabajando las 24 horas del día para dar soporte o solventar cualquier error, lo cual implica un aumento de los salarios tanto en número como en cantidad. También significa gastar dinero en equipos y buscar un lugar en la empresa para alojarlos. Y estos solo son algunos de los problemas que puede generar. Si no somos capaces de lidiar con todo ello es difícil poder competir en el mercado de la mejor manera, sobre todo frente a empresas que han optimizado el área. De esta manera, probablemente sea mucho más beneficioso aprovechar las soluciones que ofrece el outsourcing, existiendo unas cuantas buenas razones para decidir dar el salto. No te preocupes porque, en las siguientes líneas, te explicamos qué alternativas existen y cuál se puede adaptar mejor a tus necesidades.
¿Cómo funciona exactamente el outsourcing de servicios de alojamiento?
En primer lugar, hay que decir cuando hablamos de outsourcing de los servicios de alojamiento lo hacemos de desplazar los datos o archivos de una empresa hacia centros de procesamientos de datos o data centers. Por lo tanto, quiere decir que ya no van a almacenarse en equipos ubicados físicamente en la empresa, sino que lo harán en un servidor localizado en otro lugar y bajo el control de un prestador de servicios como, por ejemplo, Grupo Garatu. Desde ese momento la empresa accederá remotamente al material a través de Internet, no solo información sino también las aplicaciones. Paradójicamente, ello nos retrotrae, en cierto sentido, a los albores de la informática cuando los ordenadores eran terminales que usaban aplicaciones o accedían a datos almacenados en las centrales.
Entonces, ¿qué opciones existen?
Existen diferentes alternativas dentro del hosting. Algunas son sencillas, dedicadas a pequeños negocios o enfocadas al nivel usuario. Por otro lado, las hay mucho más potentes para el mundo empresarial. En contraposición, siguen operativos algunos modelos obsoletos pero que merece la pena comentar para ponerse en contexto. Entre los principales tipos de hosting se encuentran los siguientes:
Hosting de colocación y autogestionado por la empresa: dos modelos en decadencia
Ambas variedades son, a día de hoy, las menos populares. La autogestionada es, precisamente, el modelo que tratamos de evitar a través del outsourcing. En esta modalidad la empresa es la responsable de todo: comprar los servidores, instalar el software, las salas, asegurar la alimentación y refrigeración de los equipos, el ancho de banda, ser sus propios administradores…
En cuanto al de colocación, consiste en alquilar un espacio en un centro de datos adonde trasladar los equipos, que siguen perteneciendo a la empresa. Allí se les proporciona energía, refrigeración, seguridad física y conexión a Internet, pero la empresa sigue teniendo que atender el resto de sus necesidades por lo que esta opción híbrida no termina de ser de las más recomendables ya que se trata, en la práctica, de un outsourcing puramente físico, es decir, del hardware.
Hosting compartido
Su propio nombre lo indica. Los datos se encuentran alojados en un servidor compartido con otras empresas. La mayor ventaja que presenta es que, al no ser exclusivo, los costes se abaratan. Por contra, el lado menos amable es que la actividad de las otras empresas en el servidor puede, casi con seguridad, influir en la calidad de los servicios recibidos. Se trata de una de la opciones elegidas especialmente cuando un negocio online está comenzando y su volumen de necesidades no es muy demandante. Se ajusta, por lo tanto, a un perfil bajo.
Hosting VPS, o servidor privado virtual
Un servidor virtual privado (VPS, del inglés virtual private server) se basa en dividir un servidor físico en varios sectores, de tal forma que cada uno funcione como si se estuviese ejecutando en una única máquina. En este caso, nos referiremos a ellos como máquinas virtuales. De esta manera, los servidores privados virtuales comparten una máquina física pero actúan como servidores separados. Un VPS queda a medio camino entre el alojamiento compartido y tener una máquina física dedicada. Aunque cada partición comparte recursos de hardware, todas ellas reciben una parte proporcional de los mismos para uso individual. Así se evita el problema de que los vecinos de servidor consuman más recursos provocando problemas de rendimiento, a la par que se consiguen esquivar los costes de un servidor dedicado.
Hosting en la nube
La nube, o cloud computing, se basa una tecnología bastante moderna, y en boga actualmente, que permite que muchos de servidores trabajen juntos, funcionando como un servidor gigante. La idea es que a medida que crezca la necesidad, la empresa de alojamiento pueda agregar más hardware para crear una nube cada vez más grande. Por ello se suele decir que su capacidad de almacenamiento es ilimitada. La ventaja del alojamiento basado en la nube es su flexibilidad: es perfectamente escalable a las necesidades empresariales de cada momento, permitiendo pagar solo por aquello que se usa. Generalmente, se contrata cierta capacidad y un número de usuarios que se pueden modificar con el tiempo para satisfacer las nuevas necesidades sin cambiar por completo la configuración.
Servidor dedicado
Cuando tienes un servidor dedicado, significa que estás alquilando un servidor físico de una empresa sobre el que se puede tener el control total y del cual es el único inquilino. Con dicha modalidad nos olvidamos de que los vecinos copen recursos del servidor. Es el nivel más potente junto con el almacenamiento en la nube, e idóneo para un negocio online que genere altas cantidades de tráfico o para una empresa que trabaje con grandes volúmenes de datos. El coste de un servidor dedicado es significativamente más alto que los de alojamiento compartido. También es probable que en el punto en el que una compañía considera este tipo de servicio su situación es buena y el coste asumible.
Ventajas del outsourcing
Una vez vistos los distintos servicios de outsourcing de servicios de alojamiento o hosting que podemos contratar, llega el momento de valorar las ventajas que pueden brindarnos, las cuales no son pocas. Algunas de las principales serían las siguientes:
- -Permite concentrarse en las actividades empresariales: Los recursos humanos y financieros podrán dedicarse a labores más importantes, enfocándose en las actividades que hacen realmente rentable al negocio.
- -Evita gastos innecesarios: A veces no es interesante el crecimiento en ciertas áreas, y este es uno de los casos, permitiendo ahorrar en equipos, instalaciones, sueldos, etc. Ello hace más eficiente a la empresa.
- -Soporte las 24 horas del día (incluso en vacaciones): ¿Cuánto costaría pagarle a varios trabajadores propios para que brindasen este servicio? Un dineral. Con el outsourcing se obtiene un personal que dará soporte todo el día, todos los días.
- -Mayor eficiencia y control: Para mantener la infraestructura en un estado óptimo es necesaria una buena administración y control. La externalización garantizará que un equipo de profesionales se dedique exclusivamente a ello, lo que repercutirá en beneficio de su negocio.
- -Gran flexibilidad: La empresa puede contratar aquellos servicios que necesita, y solo los que necesita, creciendo como a ella le parezca. En un futuro pueden ampliarlos o, si por el motivo que fuere tiene menores necesidades, también puede recortarlos. Escalable 100%, especialmente en la modalidad en la nube.
- -Máxima seguridad y actualizaciones automáticas: Hay que comprender que la seguridad informática es un asunto serio y para las empresas, en muchas ocasiones, difícil mantenerse al día. Dado que esta debe mantenerse las 24 horas lo mejor es delegar. Con el outsourcing, además de la máxima seguridad a través de software y hardware, también recibiremos una protección en el mundo real. Así nos aseguraremos de que nuestro servidor no sufrirá daños físicos como incendios, robos, etc.
- –Recuperación en caso de desastres: Las soluciones de recuperación de datos o la posibilidad de realizar backups pueden salvarnos de auténticas hecatombes y son algunos importantes servicios disponibles.
- -Teletrabajo: El acceso remoto a través de Internet permite que los usuarios siempre tengan los archivos o aplicaciones a su disposición estén donde estén, dando una oportunidad a la deslocalización del trabajo.
En conclusión
Cada empresa debe analizar cuáles son las necesidades que debe atender para que su negocio funcione y crezca. El outsourcing de servicios de alojamiento no se perfila como una opción de futuro, sino que ya lo es puro presente. Las empresas más punteras del mundo recurren a este servicio y, día a día, aumenta su eficiencia y volumen de negocio gracias a todas sus ventajas. Entonces, ¿por qué no dar el salto? Independientemente del tamaño de tu empresa, ya sea una pyme o de un mayor tamaño, contratar un servicio de alojamiento externo supondrá ahorros, tanto en lo económico como para evitar una gran cantidad de problemas y quebraderos de cabeza que podrían dejar darle un duro golpe a tu negocio o, incluso, dejarlo inoperativo.