La nube, Internet de las cosas, redes sociales, Big data, inteligencia artificial… La tecnología avanza sin cesar, dejando atrás muchos presagios que acompañaron al advenimiento del mundo digital.
A día de hoy estas innovaciones han desterrado -casi- por completo a las herramientas analógicas, las cuales siguen siendo útiles, pero ya no son el corazón de los engranajes que mueven una empresa.
El impacto ha sido muy profundo, generando un cambio tanto en todos los modelos de negocio que habíamos conocido, como en la manera de gestionar a las personas.
La digitalización empresarial ha dejado de ser una alternativa para convertirse ya en una obligación si la compañía quiere ser competitiva en un comercio sin fronteras y con rivales a lo largo y ancho de toda la geografía del planeta.
La forma en la que las empresas se relacionan entre sí y con los clientes ha cambiado tajantemente, al igual que la manera que tienen de consumir estos últimos. Éstas son algunas de las razones de la aparición –o conversión- de entes empresariales que basan toda su logística en la tecnología digital, permitiéndoles incrementar su productividad, eficiencia o acceso a nichos de mercado vetados por la manera de proceder previa.
Indudablemente, estos progresos han irrumpido con un enorme impacto, quizá incluso superando los cambios en los ciudadanos de a pie. En el caso del ciudadano, son cambios de vida; en la empresa se reduce a supervivencia.
La digitalización empresarial es una de las características cruciales para crecer en los negocios en este siglo. En concreto, la capacidad de digitalización de una compañía está en estos momentos estrechamente ligada a la solvencia de la misma.
De esta manera, un gran número de estas empresas han sido capaces de capear diferentes tormentas económicas, siendo el paradigma la crisis que nos azotó durante la última década. En este sentido, las empresas que contaban con una digitalización más avanzada han tenido unos niveles más altos de supervivencia.
No solamente pueden beneficiarse de la digitalización las grandes corporaciones, sino que el mayor beneficio lo obtendrán las pequeñas y medianas empresas (pymes).
Todavía sigue habiendo una brecha en el uso de la tecnología entre las grandes empresas y las pymes, siendo estas últimas las que se encuentran más rezagadas respecto a la conversión al mundo digital. Es fácil que las pymes caigan en el error de pensar que los aspectos tecnológicos en un proceso de digitalización únicamente sean un ordenador junto con una conexión a Internet y poco más.
Las herramientas de digitalización provocan un fenómeno sin precedente: tienen la capacidad de hacer que empresas de cualquier tamaño puedan trabajar mediante protocolos semejantes a las de las grandes corporaciones.
Porque la capitalización de una pyme está llena de grandes ventajas competitivas. Entre ellas el ahorro y la disminución de gastos en infraestructuras.
Digitalización de la empresa: por dónde empezar y qué conceptos tener claros
Es muy posible que, en un primer momento, los empresarios no sepan cuáles son los primeros movimientos para llevar a cabo el proceso de digitalización. Ante un tema que desconocemos es muy fácil que en los inicios nos veamos desbordados y, en ocasiones, intentemos empezar la casa por el tejado por desconocimiento. ¿Qué hacer entonces?
Empezar por lo más fácil: analizar la empresa y ver qué cuestiones son las más obvias y necesarias de un cambio. Generalmente, serán temas referentes a la gestión de la información y de la comunicación con los clientes.
Algunos de los principales conceptos a aplicar y tener claros junto con ese análisis
Concepto crucial en el proceso de digitalización de toda empresa.
Se define como el conjunto de todos aquellos programas y servicios alojados en un servidor, que es accesible desde cualquier ordenador con conexión a Internet, sin necesidad de instalar ningún programa, y trabajar en línea con ellos. Supone un grandísimo ahorro tanto en equipos informáticos como en software.
Esto implica varias cuestiones, como el almacenamiento y bases de datos en la nube y la posibilidad de deslocalización o trabajo a distancia: ahora los empleados pueden realizar sus tareas sin necesidad de estar físicamente en su ordenador y escritorio en la empresa, desde cualquier lugar y haciendo uso de diversos dispositivos, siempre que cuenten con un punto de acceso a Internet.
Pero ése solo sería uno de sus fines, y tiene muchos más.
O cuando los objetos tienen la capacidad de transferir datos recopilados por sí mismos a través de la Red sin que sea necesaria ninguna interacción humana externa.
Todo esto ha sido posible gracias a la evolución de las tecnologías inalámbricas. Ya que cualquier objeto es susceptible de conectarse a Internet, a nivel empresarial tiene aplicaciones infinitas.
Una de ellas evidente, a la par que inestimable, es la creación de bases de datos. El estudio de las cifras puede permitir optimizar y ajustar los gastos de la empresa, la automatización de procesos en la maquinaria de una factoría, o que incluso ante cualquier avería el propio sistema ordenase la reparación por sí mismo.
Desde nuestra experiencia, podemos afirmar que la optimización de una gestión empresarial puede elevarse cuantitativamente
Garatu tiene varios ejemplos de clientes que, haciendo uso de sus servicios, han optimizado la gestión empresarial gracias al Internet de las cosas.
No es un servicio, sino un concepto que deriva tanto del Cloud Computing como del Internet de las cosas. Hace referencia a las cantidades ingentes de datos que se pueden recopilar y almacenar hoy en día, así como a su tratamiento y análisis posterior.
En la sociedad actual todo genera información constantemente, y las empresas no son una excepción. La explotación adecuada de esa información puede marcar la diferencia con la competencia.
Antiguamente se utilizaban llaves y cerraduras; ahora utilizamos las tecnologías digitales para proteger nuestros documentos. La seguridad es uno de los pilares fundamentales de toda infraestructura, ya que ante cualquier fallo o ataque la empresa puede verse comprometida.
Los servicios en la nube se integran con una serie de medidas, empezando por la elección de un CPD con la máxima certificación, la encriptacion de los datos, etc. La ciberseguridad en el Internet de las cosas también es un objetivo prioritario.
Todo ello va unido estrechamente a la externalización de servicios informáticos, el outsourcing. Se trata de una opción a valorar ya que permite centrarse por completo en el trabajo y delegar en otros profesionales el mantenimiento de la infraestructura tecnológica.
Entre tanta tecnología conviene reseñar otra clave del éxito: el factor humano.
Una empresa unida y remando hacia el mismo objetivo, desde la directiva y pasando por todos los puestos del organigrama, será capaz con su compromiso de hacer que una buena estrategia digital termine triunfando y que los resultados empresariales se salgan de las gráficas.
Bankia ha realizado un informe Índicex 2016 desde donde se recogen las principales tendencias de digitalización de las empresas españolas y su grado de competitividad de acuerdo al sector al que pertenecen, su localización, tamaño y modelo además del tipo de cliente al que se dirigen. Para descargarse el informe sólo hay que registrarse en su web Ir a la web de Bankia Índicex
Como curiosidad, la nota optenida es un 5.0. Lo cual nos hace entender que hemos empezado el camino y que en un futuro próximo seguro que seguiremos impulsando nuestra participación en el mundo online.
En conclusión
La implementación de una estrategia de digitalización adecuada es una de las mejores decisiones que puede tomar una empresa, teniendo claros sus puntos a mejorar y los conceptos tecnológicos.
No menos importante es tener en cuenta hacia donde quiere dirigirse y el tipo de mercados y clientes que intenta alcanzar.
Desde Grupo Garatu ponemos a disposición todas las soluciones tecnológicas para la consecución de ese fin entre sus diferentes divisiones de Cloud Computing, de Sistemas y Seguridad y de Desarrollo.