
Nano-robots en el torrente sanguíneo
Sensores del tamaño de una micra introducidos en nuestro torrente sanguíneo, nanotubos de carbono, materiales auto-reparables, nano-partículas en el aire que descontaminen, nanómetros… ¡Bienvenidos al Internet de las Nano-Cosas!
El Internet de las Cosas o IoT, para los que aún no estén familiarizados con el término que hace referencia a una de las tecnologías más revolucionarias hasta la fecha, surgió al dotar a cualquier dispositivo físico del “poder de la digitalización”, es decir, de la capacidad de conectarse a la red.
Su repercusión a nivel global ha impactado a tal nivel que, según las estimaciones realizadas por la prestigiosa compañía IHS y que podemos ver más adelante en el gráfico, para el año 2020 se calcula que existirán más de treinta mil millones de dispositivos inteligentes con acceso a internet.
Una cifra incapaz de dejar indiferente a nadie.
Aunque lo que no debería de sorprendernos, dado el historial tecnológico de las últimas décadas, es que para entonces, el tamaño de estos dispositivos conectados habrá encogido de una forma proporcional a como ocurrió, por ejemplo, con los teléfonos móviles, pero a bastante menor escala.
¿Recordais al profesor Wayne Szalinski («Cariño he encogido a los niños») experimentando con su futurista máquina electromagnética capaz de reducir las cosas (incluso a sus propios hijos) al tamaño de una diminuta hormiga?
Desafortunadamente para nuestra imaginación, no se estima que el límite llegue hasta éste reducido tamaño para esta nueva generación del Internet de las Cosas. Y es que el tamaño que alcanzarán estos dispositivos inteligentes capaces de transmitir información será nada más y nada menos que el de una millonésima parte de un milímetro. Pudiendo ser sólo visionados por un microscopio. Ahí lo dejamos.
Los expertos del Foro Económico Mundial (WEF) fueron los pioneros en predecir esta nueva tendencia, la cual queda plasmada en su estudio: El Top 10 de las Tecnologías Emergentes de 2016, ocupando la primera posición y seguida muy de cerca por la revolucionaria tecnología del grafeno, en cuarto lugar.
¿Pero a qué nos referimos cuando hablamos del Internet de las Nano Cosas o IoNT?
Volviendo al apogeo de la lista y como hemos mencionado anteriormente, esta nueva tendencia se trata de la capacidad de crear sensores y dispositivos que puedan transmitir información y cuyo tamaño sea a escala nano. Y es así como, de la maravillosa combinación entre el Internet de las Cosas y la “tradicional” Nanotecnología, nace algo digno de ciencia ficción: El Internet de las Nano Cosas o IoNT.
Este terminó nació en el año 2010, 11 años después de que el término “Internet de las Cosas” fuera bautizado por el investigador británico Kevin Ashton, siendo los Investigadores del Instituto de Tecnología de Georgia los que lo utilizaron para describir un nuevo paradigma de redes o más concretamente: «la interconexión de dispositivos de nano escala con redes clásicas y en última instancia, con Internet».
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La actual y creciente disponibilidad de las redes de comunicación está facilitando la expansión del IoNT, que a su vez está haciendo posible la identificación de muchas aplicaciones a nivel industrial, según un informe titulado “El Internet de las Nano Cosas (IoNT): Tendencias y pronósticos 2014 – 2020”. Este informe indica que los beneficios de esta tecnología incluyen entre muchos otros, la mejora de las capacidades de procesamiento, el abaratamiento e incremento del almacenamiento y un papel clave para los terminales de comunicación.
Pero el informe también advierte de los desafíos de seguridad que el IoNT pone al descubierto cuando se comunican datos críticos entre dispositivos a través de Internet, como ya venía ocurriendo con el IoT.

Una red neuronal con conexión artificial en el concepto de nanotecnología.
Entre las aplicaciones más destacadas del Internet de las Nano-Cosas podemos encontrar:
- El empleo de cápsulas en escala nanométrica como medicamentos, siendo estos de gran precisión en el tratamiento del cáncer y otras enfermedades de gran relevancia hoy en día.
- Los llamados nanobiosensores: dispositivos capaces de detectar en tiempo real mediante una alta sensibilidad y selectividad agentes químicos y biológicos que pueden detectar microrganismos patógenos dentro de la industria alimenticia.
- Mejorar la eficiencia de la energía solar mediante el empleo de nanoestructuras dentro de las placas solares. Tecnología que puede ser clave, junto con el grafeno, para el óptimo desarrollo de la renovable y su impacto en el cambio climático.
- En el sector de la salud, como nanopartículas implantadas en el cuerpo humano para frenar enfermedades neurodegenerativas.
Además de las citadas anteriormente, también la podemos encontrar en el desarrollo de sensores, la fotónica, la construcción de nanoprocesadores, computación cuántica, bioagricultura, hasta la neurociencia y las labores de inteligencia militar, sin olvidar su uso como nanomúsculos mediante nanotubos de carbono en músculos artificiales. Como ocurre con las aplicaciones en tecnología del IoT, el límite de las posibilidades lo marca nuestra propia imaginación.
Dentro de algunos años, será de lo más común que nos inyecten a la corriente sanguínea un dispositivo, de la millonésima parte de un milímetro, que podrá detectar el lugar exacto donde se encuentra obstaculizada una artería debido al colesterol o que puedan incluso convertirse en los héroes tecnológicos de las batallas contra el cáncer.
El vertiginoso abanico de aplicaciones que puede abarcar esta tecnología sin duda va a cambiar por completo el mundo tal cual lo conocemos hoy en día.
Tecnologías que «mejoran vidas»

Nanotecnología médica como protección ante agentes externos en la sanidad
Como casi siempre ocurre con las nuevas e innovadores tecnologías sus enormes beneficios y casi infinitas aplicaciones nos eclipsan haciéndonos olvidar su cara oculta: la fuerte exposición de nuestra privacidad y como hemos mencionado anteriormente, los grandísimos retos que supone cada día para la ciberseguridad este tipo de tecnología si no se ponen medidas drásticas.
En el caso del IoT el objetivo de los hackers suele encontrarse, en la mayoría de los casos, en la valiosa información de las empresas o yéndonos a situaciones críticas, la toma del control del sistema de un vehículo conectado a internet. Pero, en el caso del IoNT, estamos hablando de dispositivos que podrán encontrarse dentro de nuestro propio cuerpo, dependiendo nuestra vida de ellos.
Según Dmitry Bestuzhev, director del equipo de Investigación y análisis de nuestro partner Kaspersky Lab (expertos en ciberseguridad de las cosas conectadas) estos dispositivos de tamaño “nano” transfieren la información utilizando una radiofrecuencia que pocos ordenadores actuales pueden interceptar.
Aunque el experto no descarta que mediante dispositivos que si trabajen dicha radiofrecuencia (y que afirma que se pueden adquirir fácilmente por internet) una persona pueda interceptar la información de los nanosensores que miden o reducen el colesterol del paciente y mandar nuevos datos para que deje de hacerlo o causarnos otro problema de salud. Por tanto, su recomendación es que se comiencen a diseñar protocolos para el uso de esta tecnología o con una autentificación mucho más sólida.

Seguridad y protección con el Internet de las nano-cosas
En definitiva, como ocurrió con la aparición del Internet de las Cosas y sus apasionantes e increíbles avances que trajo y sigue trayendo consigo nuestras vidas, esta nueva tecnología a escala nano sin duda va a seguir revolucionando el mundo como lo conocemos hasta ahora. Siempre y cuando se sigan trabajando en paralelo y arduamente los aspectos de la ciberseguridad.
Aunque, si es cierto que, hablando de tecnologías que ya están revolucionando el mundo, no debemos olvidarnos del Blockchain, siendo el aliado perfecto para ayudar a expandir las oportunidades que IoNT trae consigo, abriendo la puerta sin miedo para la creación de estás innovadoras aplicaciones futuristas, mientras que proporciona una seguridad digna de esta tecnología.
En Grupo Garatu sabemos la importancia que tiene la seguridad dentro de este nuevo paradigma tecnológico, porque además de nuestra amplia experiencia en el campo trabajamos también para dar soluciones conectadas, siendo otra de nuestras más grandes pasiones. Es por ello que, si dispones de un negocio y todavía no te has unido a esta gran revolución tecnológica, ahora es el momento.
¿A qué estás esperando? ¡Llámanos al +34 943 344 645 o envíanos un correo desde nuestro formulario hablándonos de tu apasionante proyecto!